Lenin Omar Lara Castro

Desaprender y Aprender es el movimiento natural del proceso del conocimiento. ¿Por qué? Porque el conocimiento nunca es definitivo, es temporal, es un proceso hecho de avances y retrocesos de aciertos y errores. Su propósito es ratificar, rectificar abandonar o crear lo que sabemos.  Desaprendemos y aprendemos continuamente, y lo que una vez fue el saber más avanzado se incorporó a un proceso que lo superó, abriendo paso a nuevas respuestas sobre las preguntas que provienen de la curiosidad y la necesidad humanas. De esta manera, el proceso de saber es un diálogo continuo, en ocasiones, contradictorio e incierto, entre la verdad y el error, lo inmediato y lo mediato, el análisis y la síntesis, lo abstracto y lo concreto, lo práctico y lo teórico, la inducción y la deducción, lo absoluto y lo relativo. El proceso de saber no es una simple acumulación, es una síntesis que integra pasado y presente, sin dejar de soñar y mirar hacia el futuro.  En este proceso todo se renueva: los objetos,

  Como se establece en los Principios de la Inteligencia Artificail (IA), ampliamente respaldados, podría representar un cambio profundo en la historia de la vida, y debe planificarse y administrarse con el cuidado y los recursos correspondientes. Los sistemas de IA con inteligencia artificial pueden plantear riesgos profundos para la sociedad y la humanidad, como lo demuestra una extensa investigación[1] y lo afirman los principales laboratorios de IA. Desafortunadamente, este nivel de planificación y gestión no está ocurriendo, a pesar de que en los últimos meses los laboratorios de IA y han entrado en una carrera fuera de control para desarrollar e implementar mentes digitales cada vez más poderosas que nadie, ni siquiera sus creadores, pueden entender. Los sistemas de IA contemporáneos ahora se están volviendo competitivos para los humanos en tareas generales, [3] y debemos preguntarnos: ¿Deberíamos dejar que las máquinas inunden nuestros canales de información con propaganda y fal